En el año 2015, una pareja en California experimentó un escalofriante suceso al descubrir a un intruso enmascarado en su hogar, quien los sometió, extorsionó y secuestró a Huskins. Pesadilla de un secuestro en california que paso
Los eventos subsiguientes se han convertido en el enfoque de un nuevo documental de Netflix, titulado «Pesadilla de un secuestro en California».
La dirección de Felicity Morris y Bernadette Higgins, quienes previamente colaboraron en «El estafador de Tinder», arroja luz sobre lo acontecido.
El documental busca desentrañar los verdaderos sucesos en el caso de Quinn y Huskins. ¿Quiénes fueron los responsables de este aterrador incidente y cuál es su paradero en la actualidad? Estas incógnitas son el núcleo de la narrativa que se presenta en la obra.
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Después de recobrarse de los efectos de los sedantes, Quinn se encontró solo, sin rastro de Huskins ni de los intrusos.
En su teléfono, descubrió mensajes que exigían dos pagos de 8,500 dólares para garantizar la liberación de su pareja. Siguiendo el consejo de su hermano mayor, agente del FBI, Quinn optó por ignorar las amenazas de los secuestradores y contactar a la policía.
Sin embargo, en lugar de recibir ayuda, al parecer, la policía comenzó a construir un caso en su contra. Sospecharon que Quinn había inventado la historia para encubrir un acto violento contra Huskins.
Nicole Weisensee Egan, coautora de la autobiografía posterior de la pareja, «Victim F: From Crime Victims to Suspects to Survivors», afirmó: «Está claro que no le creyeron. A Aaron le destroza el alma porque está fuera de sí preocupado por Denise».
Las imágenes de vídeo de ABC7 News muestran al detective Mathew Mustard, a cargo del interrogatorio, expresando su incredulidad: «La historia que estás contando aquí, no me la creo en absoluto».
Quinn, visiblemente angustiado, respondió: «Se lo estoy contando todo [a Mustard] porque no tengo nada que ocultar». Sin embargo, la situación se complicó cuando los detectives descubrieron una mancha de sangre en su colchón.
Quinn explicó: «Sabía que había una mancha vieja en mis sábanas. Había lavado esas sábanas varias veces. Era solo una pequeña mancha que no era capaz de quitar. No sabía que una mancha de sangre de ese tamaño iba a significar que yo era un asesino».
La policía acusa de que es todo un montaje
De acuerdo con los informes. La policía de Vallejo declaró en ese momento que el secuestro de Huskins parecía ser un «evento planificado y no un verdadero secuestro». Siguiendo la trama de «Perdida».
En una conferencia de prensa celebrada el día de la liberación de Huskins. El teniente Kenny Park, portavoz de la policía de Vallejo, afirmó: «El Sr. Quinn y la Sra. Huskins han agotado recursos valiosos de nuestra comunidad. Y han desviado la atención de las verdaderas víctimas de nuestra comunidad. Al tiempo que han infundido miedo entre los miembros de nuestra comunidad».
Por ende, en cualquier caso, es el Sr. Quinn y la Sra. Huskins quienes deberían ofrecer disculpas a esta comunidad.
¿Cómo el Sr. Quinn y la Sra. Huskins pudieron demostrar que su testimonio es verídico?
Transcurrieron semanas y, lamentablemente, tanto Huskins como Quinn seguían siendo injustamente señalados como los principales sospechosos en el caso.
Sin embargo, tres meses después, en junio de 2015, a una distancia de 65 kilómetros. En el condado de Alameda. La policía estaba inmersa en otra investigación sobre un intruso enmascarado. Este nuevo incidente presentaba notables similitudes con la agresión sufrida por la pareja.
En esta ocasión, el hombre abordó al intruso antes de que pudiera someter a ambas personas. Logrando que el intruso huyera. Pero no sin antes dejar caer su teléfono móvil en la escena.
Una rápida verificación reveló que el teléfono estaba registrado como «mamá». Y pertenecía a Matthew Muller, un ex marine y abogado de inmigración graduado de Harvard. Actualmente inhabilitado.
Las autoridades posteriormente encontraron un ordenador portátil propiedad de Quinn. Entre las posesiones de Muller. Y, según informó The Guardian: «videos de Muller instalando cámaras en un dormitorio. Y grabándose agrediendo sexualmente a su víctima. Con los ojos vendados en dos ocasiones».
¿Qué sucedió finalmente?
Muller admitió su culpabilidad en cargos federales de secuestro y fue sentenciado en 2017 a 40 años de prisión. El abogado de Huskins, Doug Rappaport. Señaló a ABC7 News: «No se le acusó de agresiones sexuales, robo o asalto contra Aaron. La razón es que no había jurisdicción en el tribunal federal para esos delitos».
El cuerpo de policía de Vallejo posteriormente emitió disculpas por no creer la narrativa de la pareja. Y por acusarles injustamente de fingir el secuestro. En 2018, Huskins y Quinn alcanzaron un acuerdo de 2.5 millones de dólares con la ciudad. Sin que ninguna de las partes admitiera culpa alguna.
Huskins y Quinn contrajeron matrimonio y compartieron sus experiencias en el libro «Victim F». En una entrevista con People, Huskins expresó: «Cuando fui secuestrada, no sabía si vería otro día.
Solo quería regresar a mi vida. Y luego, enfrentarse a la crítica en las redes sociales. Toda la asociación con ‘Perdida’… me asignaron un personaje. Que no tenía nada que ver con quien soy».
Quinn agregó: «Con el trastorno de estrés postraumático y la terapia, se vuelve más manejable. Pero en realidad, nunca es fácil».
«Pesadilla de un secuestro en California» ya está disponible en Netflix.
