La obra maestra del aclamado cineasta griego Yorgos Lanthimos, «La Favorita» (2018), ha conquistado la escena cinematográfica. Después de triunfar en prestigiosas ceremonias de premiación y asegurarse el récord de más nominaciones en los premios Oscar, la película se ha convertido en la sensación del momento. La favorita final explicado
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La favorita final explicado
En el desenlace impactante, Emma Stone es llamada por la monarca. Cuyo destino ya vislumbramos en sus primeros compases de conclusión. Para una experiencia íntima. Inicialmente, observamos un intercambio de expresiones entre ambas protagonistas.
Luego, la reina se «apoya en algo», aferrándose con intensidad a la cabeza de Emma Stone. Quien adopta una postura suave pero insólita. Siendo un reflejo visual de los eventos que se están desarrollando.
Subsecuentemente, las imágenes de los 17 conejos se entrelazan con las de la reina y Abigail. Convergiendo hacia un punto de coherencia visual. Donde los tres planos se amalgaman en una única composición fotográfica.
La reina está ejerciendo dominio sobre Abigail, sometiéndola y degradándola. Reafirmando de manera inequívoca que, sin importar su identidad. Está sujeta al placer arbitrario de su monarca.
A lo largo de la película, hemos presenciado a Abigail emplear ingenios y estratagemas. Para recobrar su estatus como mujer de la alta sociedad. Anhelando recapturar el control de su propio destino.
A pesar de sus logros al condenar a Sara y a su esposo. El valeroso héroe de guerra, a los extravagantes caprichos y delirios de la reina. Abigail se enfrenta a la cruda realidad de que nadie puede librarla del caos desenfrenado de la monarca.
Aparición de conejos durante la película
Simultáneamente, a lo largo de toda la película, hemos observado la presencia constante de los conejos. Confinados y utilizados para dar vida a las fantasías más íntimas de la reina.
Así, la reina tiene la oportunidad de revivir sus anhelos perdidos de compartir momentos con sus hijos. Es por esto que se contrastan las imágenes de la reina, Abigail y los conejos. Mientras la expresión en el rostro de Emma Stone se transforma en una careta carente de expresión. Con la mirada perdida.
Todos ellos se convierten en simples instrumentos para satisfacer los placeres y fantasías de la reina. En su gesto, vislumbramos una rendición final y temor. Ya que Abigail toma conciencia de la metamorfosis que ha experimentado mientras la reina abusa de ella.
No hay rastro alguno de libertad ni autorrealización en lo que ha logrado; tanto Abigail como los conejos están ahora confinados, sacados de sus jaulas solo de manera ocasional para un breve respiro.
