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Final explicado de Pesadilla de un secuestro en california
A lo largo de tres episodios, se aborda un caso aterrador. Tanto por el sufrimiento experimentado por las víctimas. Como por la negligencia policial que se movió entre las sombras del prejuicio y la imparcialidad. No solo se acusó a Aaron de un posible asesinato cuando compartió la increíble historia del secuestro.
Oscureciendo la perspectiva investigativa sin prestar atención a detalles cruciales. Que podrían haber llevado a encontrar a Denise y liberarla del cautiverio.
En lugar de eso, difamaron a la joven en los medios cuando reapareció con vida. Acusándola de fabricar toda la historia como venganza contra su novio. Por intentar reconciliarse con su ex prometida.
Denise y Aaron fueron las afectadas en esta narrativa. Pero aún así tuvieron que recurrir a abogados frente a la acusación tanto policial como mediática. Su capacidad para trabajar se vio comprometida.
Y apenas podían salir de sus hogares. A pesar de haber enfrentado una experiencia terrible. La pesadilla persistía ya que sabían que los secuestradores seguían libres.
(Afirman que varias personas estuvieron involucradas), y ni la policía ni el agente del FBI asignado estaban dedicando esfuerzos para buscarlos. Estando más ocupados señalándolos con el dedo.
Un giro repentino
Sin embargo, surgió la esperanza a través de una investigadora de otro departamento policial. Que cumplió con su labor. La detención de Matthew Muller, un veterano de la guerra del Golfo y graduado de Harvard en derecho. Se produjo después de que olvidara su teléfono celular en otro allanamiento.
Las autoridades siguieron su rastro hasta su residencia. Encontrando pruebas que vincularon el caso de Denise. Finalmente respaldando su versión y silenciando a la policía. Y la prensa que habían repetido erróneamente la narrativa de una deficiente labor policial.
La policía de Vallejo se vio obligada a disculparse por difamar a la víctima. Y en 2018, la pareja alcanzó un acuerdo de $2.5 millones al demandar a la policía por difamación. Muller admitió su culpabilidad por el secuestro y fue condenado a cumplir una pena de 40 años de prisión.