Home / Cuiden a Maya / Cuiden a Maya ¿que enfermedad tiene la niña?

Cuiden a Maya ¿que enfermedad tiene la niña?

Cuiden a Maya que enfermedad tiene, te invitamos a informarte de este nuevo documental que presenta Netflix y que está basado en una historia real.

De hecho, explora la experiencia de una familia cuya hija es ingresada en un hospital por un dolor crónico. Aunque se espera un cierto nivel de atención médica en los hospitales, en algunos casos el personal médico se queda corto.

El documental muestra la pesadilla que vivió la familia al ingresar a su hija en el hospital y cómo el personal médico no logró proporcionar la atención adecuada.

El documental muestra la lucha de la familia Kowalski para encontrar una solución al dolor crónico de Maya y cómo el sistema de salud falló en proporcionar la atención adecuada

Cuál es la enfermedad que tiene Maya de la película Cuiden a Maya

En 2015, Jack y Beata Kowalski buscaban una forma de ayudar a su hija Maya, que padecía SDRC, también conocido como síndrome de dolor regional complejo.

Su médico de siempre, Anthony Kirkpatrick, lo describió como «una función anormal del sistema nervioso simpático… tus sentidos se disparan, así que si una gota de agua toca tu piel, puedes sentir como si alguien te estuviera clavando un cuchillo.»

Debido a este diagnóstico el doctor Kirkpatrick prescribió a Maya tratamientos con ketamina para controlar el dolor. La familia Kowalski llevó a Maya a un hospital de Monterrey, México, donde la pusieron en coma ketamínico. El tratamiento funcionó durante un tiempo, pero sus efectos acabaron desapareciendo.

Luego, la familia llevó a Maya al Johns Hopkins All Children’s Hospital de San Petersburgo (Florida) en busca de otro tratamiento médico que pudiera curar el dolor de Maya. Sin embargo, se encontraron con otra cosa, que nada tenía que ver con la recuperación de su hija.

Maya Kowalski empezó a experimentar sus síntomas cuando tenía solo nueve años. Su dolor crónico comenzó con ataques de asma y fuertes dolores de cabeza. Con el tiempo, se le formaron lesiones en piernas y brazos, mientras que sus pies se acalambraban y se doblaban sobre sí mismos.

¿Cómo empeoro el estado de salud de Maya?

Al cumplir los 10 años, Maya fue ingresada de urgencia en el Johns Hopkins por un dolor de estómago incapacitante. Durante este tiempo, su madre, Beata, sugirió otra ronda de tratamientos con ketamina, dado que había funcionado en el pasado y los dolores calmaban, pero los médicos lo consideraron sospechoso.

Pero no solo se quedaron con ese pensamiento erróneo, sino que fueron por más, el personal médico alertó a los servicios de protección de menores y acusó a Beata de padecer el síndrome de Munchausen por poderes, un trastorno mental que hace que los cuidadores dañen intencionadamente a sus hijos.

El tribunal ordenó un examen psicológico de Beata, mientras que Maya permaneció bajo custodia del Estado durante más de tres meses. Una experiencia horrible e injusta para estos padres que solo luchaban por salvar a su hija.

Tristemente, Maya recuerda que un día su madre le beso la frente y le dijo: Te quiero. Te veré mañana'». La realidad es que nunca más la volvió a ver, se encontraba médicamente secuestrada y sin esperanzas.

Por otro lado, la evaluación psicológica de su madre determinó que no tenía ningún trastorno mental. Una historia terrible y trágica, para una familia que solo intentaba buscar el mejor tratamiento para su hija y aliviar sus dolores.

¿Qué le habrá pasado a la madre de Maya?

Quizás te preguntes eso, lamentablemente el tiempo separada de su hija la daño severamente en su salud. No dormía investigando el caso, tampoco comía, explicó su marido. Ni siquiera la dejaban abrazar a su pequeña hija, como resultados de esta crueldad e injusticia, por lo que dejó un correo explicando porque ya no podía soportarlo más.

¿Qué sucedió con Maya?

Al poco tiempo de la decisión de su madre, el padre recupera la tenencia de su hija y en la actualidad viven juntos, como así también su hermano.

Su afección física tan dolorosa, ha mejorado notablemente con la ayuda de una terapia experimental. felizmente, después de un año de tratamiento volvió a caminar. Al igual que sus brazos, los usa plenamente y como declaró en una oportunidad:

 «Hago todo lo que puedo para superarlo. Ya me he perdido muchas cosas, así que ahora quiero aprovechar la vida al máximo».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *