Hurrem cometió un grave error. Por empezar dejó muchas evidencias de querer envenenar a Ibrahim, confiando en Firial, una mujer que ya ha demostrado no ser de confianza.
Por otro lado, debió haber ocupado mas tiempo en conseguir borrar todas las evidencias de Leo cuando este murió, debido a que en algún momento Ibrahim podía usarlo en su contra.
Y de hecho llegó el momento.
Ibrahim se dirige al palacio y entrega delante de la misma Hurrem, el libro de Leo el pintor a Suleiman. Ese libro es la condena de la preferida del sultán. Y si bien es cierto que ella no hizo nada malo, nadie le creerá y mucho menos ahora por no haber contado nada.
Pero el astuto gran visir le pide a ella que entiende el idioma que lea el libro y Hurrem comienza solo a balbucear, midiendo cada palabra que va a traducir.
Inesperadamente se salva por lo menos ese momento, cuando llega Sumbul y anuncia que Hatice intentó suicidarse.
Es en ese momento que arroja el libro como una forma de deshacerse de él. Pero lo avienta hacia el jardín, sin darse cuenta que cualquier persona lo puede encontrar.
Y eso es lo que sucede.
¿Quién encuentra el libro de Leo el pintor?
Hurrem envía a Nilufer a buscar el libro, pero ella recorre todo el jardín del palacio y no encuentra nada.
En realidad, alguien llegó antes que la sierva de Hurrem. Se trata de nada mas y nada menos que de Gulsah. Lo encontró y por supuesto lo lleva a su sierva.
Sabe que algo extraña pasa porque vió a Nilufer buscándolo desesperadamente.
Lo que pasará de aquí en adelante te atrapará mas que nunca.