Suleiman no puede creer que perderá a su gran amigo de tantos años. Hatice esta destrozada, espera un hijo del hombre que ama y este lucha por su vida pero todos los pronósticos son malos.
El sultán solo puede pedir a Alá que salve a Ibrahim y sale a tomar aire con una gran angustia porque no puede hacer nada para evitarlo.
En ese momento llega Nasuh Efendi, amigo del gran visir y le dice que hay un lugar, unas cavernas con aguas especiales que afirman son milagrosas y tienen propiedades para acabar con el veneno en el cuerpo. El sultán accede y manda a llevar de inmediato a Ibrahim para que se cure.
Junto a él, envia a Sumbul y Firial, siervos de confianza para que esten junto al gran pasha.
Allí en poco tiempo Ibrahim logra salvarse y cuando todos pensaban que no se salvaría, la herida se cierra.
Un milagro que nadie puede creer, pero Ibrahim continuará vivo.