‘La sociedad de la nieve’ narra el incidente sufrido por el equipo de rugby uruguayo en los Andes en 1972, y el director J.A. Bayona seleccionó minuciosamente las locaciones de filmación para agregar un mayor nivel de autenticidad a la película disponible en Netflix. La sociedad de la nieve donde se filmo
Con su estilo espectacular y su enfoque de dirección, característico de Hollywood y que tanto fascina, J.A. Bayona destaca por la meticulosidad con la que aborda sus películas.
En el caso de ‘La sociedad de la nieve’, una película histórica que relata un evento bastante reciente y que cuenta con la colaboración de los protagonistas, es comprensible que se haya sido extremadamente cuidadoso en la selección de las locaciones de rodaje.
En una entrevista con IBC 365, J.A. Bayona explica que, desde el comienzo de la producción que ahora está disponible en Netflix, decidió «dirigir esta historia tal y como debía ser: en su idioma original, en los lugares donde ocurrió y con la ambición con la que abordamos el proyecto».
A pesar de esta intención, las condiciones desafiantes en el lugar del accidente hicieron que fuera impracticable filmar todo en la cordillera de los Andes.
Por lo tanto, el equipo técnico tuvo que idear soluciones creativas y elegir locaciones más seguras pero auténticas, donde todos pudieran acampar o alojarse cercanos sin riesgo de congelación o avalanchas.
De esta manera, ‘La sociedad de la nieve’ se filmó en varias locaciones, algunas de ellas distantes del sitio real del accidente.
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La sociedad de la nieve donde se filmo
Dado que no era seguro filmar en la ubicación exacta donde se estrelló el fuselaje de la aeronave. Encontrar un lugar que pudiera replicar la majestuosidad y dureza del entorno representó un desafío para el equipo técnico.
Aunque realizaron múltiples visitas al Valle de las Lágrimas. Bayona determinó que se requería un entorno más seguro y accesible, optando finalmente por la cordillera de Sierra Nevada, en Granada.
Específicamente, la locación seleccionada fue la Laguna de las Yeguas, ubicada a 2.900 metros de altura. Sin embargo, dado que la filmación tuvo lugar en la primavera de 2022 y en ese momento no había suficiente nieve. Se utilizó una combinación de diversos materiales, como polímeros y celulosa, para recrear el efecto deseado.
La gran parte de la película se rodó en este lugar, con nieve artificial y una elaborada escenografía que incluía elementos como el avión accidentado. Este «decorado» a elevada altitud permitió capturar imágenes de tormentas y filmar escenas en el interior.
A pesar de encontrarse en una de las cordilleras más notables de España, surgieron varios desafíos para emular los Andes. Según Bayona explicó a Screen Daily: «Fue difícil… Es asombroso ver el tamaño de esas montañas, pero son muy difíciles de filmar. Engañan al ojo… A veces, es necesario mover un poco la cámara para transmitir la sensación de lo escarpado».
Un trabajo impresionante de parte de la producción
Ante la peligrosidad de filmar en el verdadero lugar del accidente. Bayona optó por utilizar las tomas de los Andes para las escenas panorámicas. Las de Sierra Nevada para las tomas más cercanas.
La habilidad de combinar ambas de manera magistral, sin que se perciba la diferencia, es un aspecto destacado del montaje.
La segunda unidad se trasladó a las montañas de los Andes en Chile y Argentina. Con el objetivo de capturar desde alturas elevadas el entorno del accidente. Buscando recrear con precisión y el dramatismo de lo inhóspito.
Posteriormente, estas imágenes se proyectaron en el set en España. Rodeando a los actores para que experimentaran la sensación de estar allí. En definitiva, un intrincado entrelazado resuelto con destreza y técnica, donde los espectadores no perciben las diferencias.